Buenas noches chic@s,
Por fin tengo unos minutos para redactar algo sobre el Titán de Cádiz, pues ahí va:
¿Es el Titán un triatlón diferente? Pués no sabría decirte… es una carrera dura y complicada de gestionar mentalmente pero no más especial que otras.La organización es muy atenta y cuida muchos detalles pero no le pondría mejor nota que el club pedala.cat (organizadores del triatlón internacional de Balaguer), por ejemplo. Buscan con esmero la singularidad, pero no nos engañemos, esto consiste en nadar, pedalear y correr, y todos los triatlones van de lo mismo (tachán, la sopa de ajo descubierta); los mismos globeros, los mismos motivados y los mismos jueces que en todos los triatlones. Ahora bien, el lugar es bonito, muy bonito. Zahara de la Sierra y las montañas que rodean la ruta de los pueblos blancos son una tierra bellísima. Montes que superan los 1200 metros de altura y puertos que para coronar hay que rodar como mínimo 14 km, las Palomas y el Boyar son puertos de 1a categoría ascendidos en númerosas veces en la Vuelta. La natación fácil en un embalse (no pantano, los pantanos son zonas húmedas naturales). 2000 metros y a por el primer puerto, aquí no te dan tregua, sales dela T1 y directo a escalar. Si queréis detalles de las Palomas en cualquier web de altimetrías encontraréis extensas explicaciones, solo diré 14 km y 800 metros de desnivel. En el descenso cruzas Grazalema, mucha gente animando, muchísima. Entre Grazalema y Ubrique hay unos 18 km con pequeños repechos y una bajada técnica en los cuatro últimos. De ahí a el Bosque sube baja en una carretera nacional mal asfaltada y con el tráfico abierto (la Guardia Civil consideró que una capsula de seguridad de dos horas era excesivo), se puso en riesgo la seguridad de muchos participantes, cosa fea para una organización tan volcada en ser tan diferente. Ahora llega el Boyar, 16 km de puerto al 5%, no es mucho pero ya llevamos 55 km de bici, el menester ya no es tan liviano. Puerto abierto al tránsito, chupando tubos de escape de caravanas y autobuses. Todo muy agradable. Después del Boyar hay que remontar a las Palomas, lo que le llaman las Palomitas, y aquí las piernas ya duelen… cuatro horas en la bici y rampas del cinco por ciento parecen del ocho. Solo queda bajar por donde hemos subido primeramente, bajada de las complicadas, técnica y mal asfaltada… mis ingredientes preferidos!!! T2 y a correr. Aquí está la mayor diferencia con otros triatlones, correr por una carretera secundaria totalmente deshumanizada y toboganes constantes para subir a Algodonales. Por suerte cada tres km un avituallamiento, el agua y el isotónico están fresquitos, que alegría llegar a ellos. Desfile zombie de los triatletas en mis tiempos y unos chicos de la organización con btt y cestas repartiendo bidones (gran detalle). Giramos en Algodonales por el mismo recorrido y encarar la subida a la presa y a Zahara. Doloroso es poco, pero ir viendo como te acercas a la meta te empuja a mantenerte en carrera. Y finalmente el muro de Zahara… no podían poner la meta a pie de pueblo, no. Arriba del todo, coño que cansancio acumulado. Trotando y andando alcanzo la plaza de la iglesia y te encuentras a todo el mundo de cañas y tapeo mientras te aplaude (ves esto sí es diferente). Llegada con muchos espectadores, aplausos por doquier y mi familia entre ellos. Dulce agonía la de esta carrera para llegar a meta y gozar de los ánimos y aplausos!!!! mi peor half, pero que gustazo…. Ya está, triatlón donde la gente te aplaude al compás como si de un coro rociero se tratara; triatlón donde en el box la gente habla por los descosidos en vez del típico silencio sepulcral; triatlón donde aún haber retirado la alfombra de cronometraje y la federación ya no te de como finisher los propios organizadores te reciben y te hacen fotos como uno auténtico; lo que realmente eres… un TITAN.
Quizás repita…
Saludos
Samuel Gómez